Mirando la sanidad hoy, entendida como el cuidado y la asistencia al enfermo, la organización y la calidad de los servicios, los marcos legislativos, los modelos de gestión de los recursos, significa explorar una multiplicidad

de variables que influyen y orientan el actuar de los operadores de la salud. Los modelos sanitarios de los distintos países no responden como es lógico que sea, a una misma línea de intervención, y por lo tanto aquí no se puede realizar un análisis que tenga en cuenta las diversidades culturales, políticas, sociales y económicas. Sin embargo, en todas partes las problemáticas emergentes pueden converger en algunos aspectos cruciales que unen a todos aquellos que se ocupan de la salud, sea de un modo directo, en cuanto profesionales del sector, sea en un modo indirecto en cuanto operan en el campo institucional, y son:
• como poner en el centro de cada sistema sanitario a la persona;
• como garantizar los cuidados y la asistencia para todos;
• como valorar el aspecto de gestión económica de los recursos comprometidos (también en relación a la calidad y la relación costo/beneficio de las acciones):
• como responder a las instancias éticas que la tecnología está poniendo siempre más.
Las distintas experiencias del Movimiento Humanidad Nueva (acciones individuales, o grupos u operadores sociales), hechas en este campo, tienen algunas características comunes, la primera es tener raíces profundas en el tejido social que la suscitó. La segunda es que se trata de realidades, las cuales aún en contextos sociales distintos muestran un común denominador: son una respuesta a las necesidades de salud del hombre, “organizadas” por el Amor. Respuesta que en estos años ha originado verdaderos trabajos sociales como “Bukas Palad” en Manila, en las Filipinas, o la “Clínica Sorriso” en Recife, Brasil.
En síntesis, en esta variedad de experiencias es posible leer algunas direcciones que ayudan a comprender como haciéndose cargo de las exigencia y de las necesidades del otro se puede contribuir a crear un cuerpo social más sano.
Esta misma variedad lleva a ejercitar la profesión de médico en modo diverso según la latitud en la cual se encuentra, pero recorriendo un solo camino, el Amor al hermano que construye la comunión.
Probablemente los aspectos del mundo de la sanidad que estamos considerando en este momento, no tiene y no reconoce un modelo científico de referencia más actual o más ampliamente compartido que otros. Podemos afirmar que actualmente la prestación sanitaria, el acto médico y la elección terapéutica tienen más en cuenta a la persona y su contexto relacional y social. Cada operador sanitario en su trabajo se encuentra en la confrontación, de suscitar y promover la participación activa de la persona asistida a las decisiones de salud y de cuidados, cosa que requiere el ejercicio atento de la capacidad relacional del individuo operador, o de todo el equipo médico-sanitario.
En el ejercicio de la profesión se tiende a operar según una praxis que se sirve siempre de conceptos organizativos cuales “la red” o “la integración de los servicios”, como sucede por ejemplo en la asistencia al anciano, o al enfermo oncológico.
Como para demostrar que la respuesta a las necesidades de salud no puede derivar exclusivamente de la competencia del individuo –competencia y conciencia que no puede ser subvaluada- , sino de un actuar a cuerpo, colectivo. El recurrir a las “agencias sociales”, como la Escuela, el Voluntariado, los Centros comunitarios como vehículos de información y educación sanitaria, pone la atención sobre un modo de pensar la salud como instrumento que testimonia y vive una cultura del dar.
En especial la realidad del voluntariado, en todas sus formas, contribuye a rediseñar un modelo de sociedad saludable, donde se vive “para” el otro y “con” el otro, donde la salud no es ya un concepto absoluto y cada persona es expresión de un colectivo más amplio (la propia familia, el propio contexto de relaciones, el propio grupo cultural). Justamente por este aspecto, se puede decir que en los países industrializados el voluntariado se expresa como respuesta al la necesidad de cuidado, que a menudo los servicios sanitarios, aunque son de tipo avanzado, no reconocen más a la persona, mientras que en los países en vías de desarrollo, el voluntariado se transforma en un modo de proporcionar asistencia verdadera a los grupos poblacionales que viven marginados. Por ejemplo en Colombia, Bogotá, María Angélica Perea de Rojas, odontóloga, buscando de vivir la espiritualidad de la unidad en su ambiente de trabajo, construyó con los colegas una relación profunda, hasta poder comunicarles su experiencia que estaba conduciendo el centro social “Unidad” en Los Chircales, donde trabaja gratuitamente para los pobres. En el centro social María Angélica organizó una campaña para la salud articulada en tres días, en los cuales han participado activamente otros profesionales. Más de cien personas han podido hacer uso del servicio ofrecido. Todos los operadores voluntarios que han intervenido ha decidido juntos organizar periódicamente campañas similares a esta.
Han sido numerosas las experiencias del Movimiento Humanidad Nueva en el campo del voluntariado: acciones libres que se expresan en contextos variados, con múltiples intereses e implicaciones. El primer motor es el amor al hermano en dificultad. El desarrollo que luego se prefigura tiene muchos rostros , tantos como la realidad sugiere y sostiene.
Por lo tanto podemos decir que, Humanidad Nueva en los diversos ámbitos de la sanidad desarrolla algunos instrumentos comunes como la relación interpersonal como método de trabajo, la formación de operadores, las acciones a nivel institucional y político: aspectos que contribuyen a hacer visible un modelo de salud vista como un equilibrio alcanzable.

1. La relación interpersonal y dentro del equipo sanitario, como método de trabajo

En estos tiempos en los cuales se presta gran atención a las temáticas del trabajo en grupo o en equipo, el redescubrir el valor de las relaciones interpersonales como valor organizativo es un momento que caracteriza la calidad del servicio y de los cuidados. La integración de las competencias, la orientación de los objetivos, atendiendo los contenidos, la co-participación, son aspectos que califican, en modo siempre más significativo, la relación del equipo. En este contexto trabajar para la salud toma un significado más amplio de aquel atribuido a la relación entre profesionales y asistido (relación que por sí misma es esencial en el proceso de cuidados), ya que se orienta a investigar métodos de trabajo que busquen expresar el aporte de todos sus componentes tratando de superar particularismos y rigidez de roles.

2. La formación

La formación, en todas sus formas, es universalmente reconocida como un momento esencial de profundización, reflexión y descubrimiento. La concepción como “laboratorio” de ideas teóricas y aplicadas, ayuda a los docentes a elaborar soluciones a los problemas, renovados por pensar juntos y por poner en común ideas y experiencias. Algunos autores, entre los cuales J. Dewey, han subrayado la imortancia de proyectar y actuar intervenciones de formación ligadas a problemas reales, a cuestiones críticas, a la valorización de las experiencias. Las experiencias de formación en sanidad conducidas en diversas realidades del Movimiento Humanidad Nueva tienen una base común que es ver no sólo los contenidos específicos sino reflexionar sobre el contexto sociocultural. Una formación por lo tanto, que sostiene el desarrollo de conocimientos que miran no solo a la persona, sino a su mundo.
Por ejemplo, Regina María Eder de Alemania, luego de años de trabajo en Camerún, regresó a su país de origen. Llamada a coordinar un curso de medicina tropical en un Instituto Misionero para los estudiantes de los cursos de Medicina, junto a un grupo de docentes, preparó el programa. Además de los contenidos específicos de la parasitología, se incluyeron otros temas, como las causas de la pobreza en los diferentes contextos socio-culturales, y la medicina comunitaria. Los contenidos elegidos, la metodología activa, y el clima han hecho de esta experiencia de enseñanza, verdaderamente especial, y han dado muchos frutos, testimoniados luego por los estudiantes.
La asociación “Salus” (Humanidad Nueva con los enfermos de SIDA) en Pisa, ha promovido varios cursos de formación para voluntarios y operadores, justamente con el objetivo de construir una competencia integrada entre realidades divididas por miles de incomprensiones. También en Manila, en las Filipinas, la asociación “Sinag” fue convocada para la formación de enfermeras de un Hospital local.
Estos momentos de formación, como otros, testimonian y amplifican los aspectos culturales del mundo de la sanidad, hasta la experiencia del Congreso de Lipsia, desarrollado en octubre de 2000, que vio la participación de muchos no pertenecientes al Movimiento Humanidad Nueva, y en el cual se puso de manifiesto el rol de la espiritualidad en la experiencia de enfermedades y curaciones.
La experiencia de formación se transforma por lo tanto, en un vehículo de mensajes que sostienen un actuar en sanidad relacionado a la pluralidad y al diálogo, un modo por ello, de “hacer” cultura de la salud.


3. La incidencia a nivel institucional y político

La salud es un bien de la colectividad. La atención al otro y a sus problemas, han permitido desarrollar acciones de sanidad que han podido contribuir a definir mejor el marco institucional y legislativo sobre un determinado problema. Por ejemplo, a través de una acción de un asistente social que trabaja en una de las zonas más pobres de la ciudad de San Pablo en Brasil, si llegó a modificar la ley comunal de asistencia a la población indigente y a construir un centro social y una casa para acogerlos.
En Italia, Elena Sachsel, medico pediatra de Milán, comprometido desde hace años en la Asociación NAGA, Asociación de Voluntariado que se ocupa de la asistencia socio-sanitaria y de los derechos de los inmigrantes y nómades. En los años 94/95 algunos médicos de la Asociación, con la asistencia de especialistas legales, colaborando con Caritas de Roma, han elaborado artículos de ley en tutela de la salud de los inmigrantes. Los artículos presentados directamente al Ministro de Salud del gobierno italiano y a sus allegados, fueron escritos en un decreto legislativo y luego, integralmente, en la ley 40 de 1998 sobre la inmigración. La norma citada prevee la extensión de la asistencia sanitaria a los inmigrantes, no solo para las intervenciones de emergencia, sino también en todos los casos de enfermedad crónica e invalidante. La ley permite la asistencia a la mujer embarazada, a los menores y a las enfermedades infecciosas. Por otro lado los inmigrantes pueden usufructuar de todas las formas de medicina preventiva previstas en las disposiciones italianas.
Desde los inicios de los años 90, en las regiones del norte y centro de Africa numerosas son las experiencias y las iniciativas de asistencia y de ayuda a los enfermos de SIDA promovidas por Humanidad Nueva, aún en el ámbito de programas gubernamentales de prevención y educación sanitaria. Las múltiples iniciativas de sensibilización a través de encuentros, debates, y colaboración con otras organizaciones no gubernamentales, intensificadas en estos últimos, años, sobretodo en Nigeria, Camerún y Kenia, han contribuido a crear una cultura de aceptación de la persona con infección HIV ( se asistía a menudo a verdaderas discriminaciones en los Hospitales).
Fue evidente que la sola información sobre como llevar adelante la infección y la enfermedad y prevenir la infección, no bastaban. Era necesario incidir profundamente en la visión de la comunidad y fue así que se pusieron a punto algunos instrumentos para alcanzar objetivos concretos, tales como:
• favorecer la posibilidad de trabajar para quien lleva la infección.
• Crear una red de encuentros con distintos “jefes comunales” que tienen influencias a nivel de comunidades individuales
• Modificar algunos comportamientos de riesgo, como por ejemplo las incisiones o tallas de la piel hechos por médicos tradicionales indígenas.

Las líneas de este programa serán presentadas en la ONU para que se conviertan en parte de las acciones promovidas a nivel internacional.


Cristina Canavese

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